martes, octubre 21, 2008

193-Fue tan fácil...

Eso. Lo que digo. ¡Fue tan fácil sentir que esa terraza era, también, mi otro lugar en este mundo, igual que aquélla, la lejana, en Buenos Aires, sobre los tejados rojos del barrio Caferatta!

Fue tan fácil abrir los postigos verdes en ésa, nuestra primera mañana mallorquina, para recibir el aire fresco de la tierra roja que había visto a mi padre tantas veces empuñando la azada, arriando las ovejas en pastura. Tan fácil saber que de ahí venía. De esa llanura y de la sal cercana. Y de aquel otro pueblo, el de la iglesia, frente a la cual me fotografiaría en pocas horas…

Sola. Pensativa. Recé en acción de gracias. Porque entendí que la Vida me bendecía especialmente. Porque, por fin, había llegado de regreso. No importaba si Isabel, Marcial o Tomás descansaban al otro lado del Atlántico. Estaban a mi lado. Junto a mamá, que no había llorado ni una lágrima cuando nos dijimos adiós en el silencio. También mis hijos, a los que tanto cuesta creer que esta historia les pertenece por derecho, me hablaban, en los retoños de la vid y en el estanque. No importó si todavía no abarcaban la magnitud de mis sentires. Alguna vez comprenderían que su madre, luego de abrir esos postigos, era una mujer absolutamente nueva. Una mamá apenas estrenada.

El murmullo de la naturaleza despertando, las aves, que piaban a lo lejos y esas montañas, las mismas que vieran a la abuela partir para esta América, me daban una nueva bienvenida sin palabras.

¿Quién dijo a nuestros primos que debían rodear el tejado con esa balaustrada tan hermosa? ¿Dónde se inspirarían para hacerlo? Ellos no saben, todavía, que fueron inocentes arquitectos de mi gloria. Fue tan fácil estar ahí, de pie, y sentirme viva como nunca.

Cuando pensaba en esta crónica en Mallorca, creí que podría gastar alguna broma para decir que nos habíamos hospedado en un espléndido hotel agreste, de turismo rural, dirigido por la Directora del Instituto “Riera” de Gastronomía Mallorquina. Apolonia, mi prima, es, desde ya, una eximia cocinera y bien podría haber encabezado estas palabras con las correspondientes alusiones a su arte. Pero, la verdad, no pude. Necesité empezar contando que fue fácil, muy fácil sentirme absolutamente en casa en sus dominios.

Y que jamás, mientras conserve entendimiento, podré olvidar aquélla, mi primera y perfecta mañana en la azotea, mientras contemplaba el campo mallorquín, allí, en la isla.

Cati Cobas

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho la crónica, y me ha gustado el título. Sobre todo la palabra "fácil", y es que para ti fue fácil pq eres parte de esa tierra roja, pq naciste a partir de ella (joer, parezco escarlata en lo que el viento se llevó, con la tierra roja de Tara)(Uuuhhy, perdón, es que me vendo por un chiste, ya sabes). Y fácil quizás sería la palabra ideal con que te definiría, pq para mi haces fácil lo difícil, y pq para mi todo es más fácil desde que te conozco, y se facilita día a día, gota a gota....(uuuy, ya me estoy desmadrando otra vez, ves?)

Igual que tú nunca podrás olvidar esa mañana, esa mañana jamás te podrá olvidar a ti..

CATI COBAS dijo...

Gracias por el bellísimo piropo del remate, "cariño"...En serio. Para mí también la vida es más fácil desde que ustedes están en ella...Un abrazo gigante a la dueña de uno de los vestidos más lindos de la boda...Cati

Anónimo dijo...

Para nosotros fue un gran honor que aceptaras la invitación a nuestra casa donde está el recuerdo de todos nuestros antepasados y será también un recuerdo inolvidable los días que convivimos con vosotros...

Espero que en el futuro puedas tener muchas mañanas como esta en nuestra casa

Miguel y Apolonia

Lola Bertrand dijo...

Cati, cielo, es realmente bella y emotiva esta crónica.
¡Me encantó¡
Abrazos de mar.
lola

CATI COBAS dijo...

Gracias a mis primos, por compartir su casa con nosotros y a Lola, por haberse emocionado así conmigo. Cati

JA dijo...

Os esperamos para que podais repetir tal mañana como esa.

Joana Aina

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

ESTA FRASE "Sola. Pensativa. Recé en acción de gracias. Porque entendí que la Vida me bendecía especialmente. Porque, por fin, había llegado de regreso" TE DEFINE, NO PUEDO AÑADIR MÁS

CATI COBAS dijo...

A JA: un gracias, grandote. nosotros te esperamos acá prontito. Con el Caballero o con la Directora del Instituto Riera. Chanchos no tenemos. Pero la Misha estará contenta de recibir vuestros mimos...Cati

Y a Ángeles: Un gracias gigante...