sábado, diciembre 10, 2005

1-De gauchos y chorizos


Ficticia-Antología Sensibilidades Oro-Periódico “Desde Boedo”

26 de Agosto de 2002

El gaucho, que ocupó nuestras pampas y se vio inmortalizado en El Matadero, en Martín Fierro o Don Segundo Sombra, nunca imaginó que en pleno siglo veintiuno, la crisis proveería a esta ciudad, de nobles imitadores de sus usos y costumbres.Yo conocía los gauchos matreros, los gauchos arrieros, los gauchos baqueanos, hasta gauchos judíos hemos tenido, que aún los tenemos por el litoral, bailando chamarritas, pero la crisis ha creado una nueva clase de gauchos urbanos: los gauchos …”choriceros”.Es que están brotando en las calles de ésta ciudad, unos sucedáneos de los fogones en los que el gaucho preparaba su carne desde tiempos inmemoriales. Se trata de una versión criolla de MacDonald del subdesarrollo y la desocupación, que amenaza con dejar exhaustas nuestras pituitarias.
Se ocupan de su preparación, miles de desocupados que sacan la parrilla portátil, el changuito desvencijado o la lata con el viejo elástico de la nona, a la calle y sin permiso municipal, ni vecinal, sin preguntarse si incomodan a algún vecino o caminante con su nuevo micro-emprendimiento, se ponen a preparar a eso de las diez de la mañana, el fueguito con el que a mediodía cocinarán unos melancólicos chorizos, endemoniado vestigio del fogón del gaucho, y un poquito más aquí en el tiempo, de los proverbiales asados “de obra en construcción” que supieron formar parte del anecdotario ciudadano.Lo mas curioso es que nuestros nobles choripanes, ofrecidos a la módica suma de un devaluado peso por unidad, encuentran gran aceptación entre los hambrientos transeúntes que los degluten con fruición, sin hacer caso del ahumado perfume que pasa a impregnar sus ropas, luego de alimentarse con tan tradicional y pampeano manjar.De ese modo, su modesto aporte, contribuye a paliar la escasez monetaria en las casas de los nuevos gauchos choripaneros.

Esta versión alimenticia de los tradicionales fogones criollos, amenaza con completar la ruina de los ya contaminados "buenos aires" de Santa María.
Que si antes, lo que nos mataba a los porteños era la humedad, ahora serán los vapores del choripán.

No hay comentarios.: