Miriam Chepsy las bautizó. Textos nacidos en Internet, al compás de la crisis argentina, pasados por el cedazo de mi modo de ver las cosas, narran en clave de humor, ironía o nostalgia, diversos hechos que pueden resultar atractivos para el lector. Este blog continúa escribiéndose en www.caticronicas2.blogspot.com ¡Los espero!
sábado, diciembre 10, 2005
2-La puerta de la escuela
Ficticia
8 de Septiembre de 2002
La puerta de las escuelas municipales, constituía, desde hace muchos años, el único club gratuito del que gozaban algunas mujeres-esposas-madres-amas de casa. El privilegio de ese ratito para llevar o retirar a sus hijos les otorgaba la oportunidad para distintos menesteres, a saber:
· Encontrarse con otras mujeres en su misma situación y compartir cinco minutos de comentarios sobre hijos, esposos, ex esposos, suegras, madres, perros, gatos y/o cualquier otro miembro de la familia con sus buenas y malas conductas y/o cualidades.
· Observar detenidamente y cotejar si Susana había aumentado de peso, María estaba embarazada por cuarta vez, la de Cooperadora había cambiado de novio, o la maestra de Quinto A estrenaba chaqueta nueva.
· Deleitarse en observaciones y chismes sobre los hijos de las demás que siempre se portaban peor que los de una.
· Protestar si al nene se lo había tomado de ojo esa vieja cretina que vaya a saber por qué se quedó para vestir santos. También hacer amigas, que muchas veces perduraban, aún cuando los hijos terminaban sus estudios o seguían caminos diferentes.
Y llegó la crisis a este santuario femenino.
Ya no hay mujeres en la puerta de las escuelas municipales. Se observa que el club ha cambiado de socios.
Varones, hombres, padres. Hacen ahora la espera...Jamás hablan entre ellos. Parecen avergonzados. Desolados. .Tristes. Ejerciendo un comadrazgo forzado por las circunstancias y la desocupación.
Es una pena...
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1 comentario:
Qué momentos los
pasados! Se nos vino el mundo abajo! Por eso no tenemos que olvidarnos y valorar el cambio de vida!!!
Cariños Caty. Siempre me gusta leer tus crónicas...
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