jueves, septiembre 07, 2006

100-¿Estás “avivado”? o "Los bebés no vienen de París y Los Reyes Magos… ¡Son los padres!"


Próxima a celebrar un año más de vida cumplo en anunciar a mis lectores, con un cierto pesar, que cada día estoy más “avivada”. Así se decía por estos lares cuando uno se había anoticiado de la inexistencia de la cigüeña como portadora de sonrosados bebés desde París, de que Papá Noel era un invento yankee y el Ratón Pérez, una forma de consuelo paterno a la hora de perder un diente de leche. Por lo general, el proceso de “avivarse” se daba en orden inverso al que he enunciado, aunque debo reconocer que Doña Aurora, mi mamá, fue una precursora al respecto. Hija de un socialista español inveterado no dudó en hablarme de un “huevito” en la panza de las mamás a la temprana edad de seis años, con lo que me hizo provocar algunas sonrisas socarronas en varias maestras y alguna “Señal de la Cruz” horrorizada en las tradicionales madres de mis amigas. Claro que, también hay que decirlo, la información no fue del todo completa, sino dada “hasta donde no doliera demasiado” y mi febril imaginación, entonces, me hacía representar al bebé rompiendo el cascarón de un huevo, con lo que más se asimilaba a un pollito enquistado en una señora que a la realidad de placenta y líquido amniótico. De cualquier modo, salvando esos detalles nimios, allá por los cincuenta no era muy común tanta precocidad informativa, por lo que deduzco que alguna huella habrán dejado dichas “avivadas” en mi espíritu.

Sin embargo, lo confieso, con el transcurrir de los años y los porrazos voy comprendiendo que me mantuve muy ingenua con respecto a muchas cosas, y siento que he pasado por la vida ignorante de realidades que tal vez me hubieran hecho sufrir al conocerlas. Alma de “Susanita” que luchaba por imponerse a la cuota de “Mafalda” que también me pertenece.

Eso sí, debo decirles que el “avivarse” no termina nunca. Sobre todo si una es un espíritu curioso, porque el tema es mucho más extenso que el relacionado con mitos infantiles y encubrimientos maternos fuera de moda.

Mi actual conflicto al respecto radica en que, desde que hace quince días en que me avivé que Plutón no era un planeta, me ha dado por las investigaciones de todo tipo.

Y como el que busca, encuentra, me topé con un libro del historiador argentino Felipe Pigna que se llama “Mitos de la Historia Argentina” cuyas conclusiones, presiento, podrían traer serios conflictos a mi relación con los foros hispanos donde escribo debido, precisamente, a que dicho libro me está “avivando” de una serie de hechos que aprendí en el Billiken hace siglos y que, aparentemente, no eran como me habían contado las “Señoritas” Nélida y Sarita.

Ya saben que para mi familia política ítalo-armenia, yo soy “la gallega”, hecho que tengo por sumamente honroso, como ya les he contado. Pero después de leer a Pigna me encuentro en un brete tremebundo.

Es que con la lectura del mencionado texto encontré, en letras de molde, flagrantes contradicciones a la “Historia Argentina” del Normal. Empecemos por nuestra escarapela que en un comienzo era punzó y no celeste y blanca y continuemos por saber que el 25 de mayo casi no había paraguas para defender a los ciudadanos del día “frío y lluvioso” (hecho que Pigna afirma no puede confirmarse) y continuemos con una historia “adulta” y teñida de intereses económicos de lo más variados. Pero no es eso lo peor, mis queridos lectores. Surge de la lectura una España poderosa que creía que al “descubrir” otorgaba existencia y una América viva y civilizada antes de la llegada de Colón, sumado a los datos sobre una “conquista y búsqueda de oro” que a los ojos actuales duele en las entrañas, junto con los hechos, varios siglos después, de una epopeya inmigratoria proveniente de las Penínsulas Ibérica e Itálica de características tan extraordinarias como ha habido pocas en el mundo y que ha venido a formar parte indisoluble de nuestro “ser nacional”.

Y una, que es “gallega” y que siempre ha amado a la “madre patria”, aunque ahora comprenda que no todas las mamás son una bella y dulce ancianita, sufre por este “avivarse” a realidades históricas tan dolorosas como dignas de considerar.
Una, que se jacta de cocinar la paella casi tan bien como unas cuantas valencianas y que ha sido acunada por pasodobles y copeos inmigrantes, queda “avivada” pero con un matete mental inaceptable ya que es dificilísimo odiar aquello que forma nuestra esencia. Por lo menos, yo no puedo.

Así que una, que ahora sabe mucho más de Tupac Amaru y Micaela Bastidas, de los Incas y los Mayas, de Garay y de Cisneros, de Fray Bartolomé de las Casas y del Obispo Lué, pero también de Lorca y de Manuel Alberti, de Serrat y Sabina, de Manuel de Sabatini y Enrique Vilches, de María Guerrero y la Membrives, de jotas y zarzuela, de Goya y de Velásquez, decide que se dará por “avivada”, pero en el mismo estilo que impusiera Aurora allá por los cincuenta: “hasta donde no duela demasiado”.

Y dejará la historia para aprender de ella y no permitir que se repita, pero continuará friendo los buñuelos de viento y queriendo mucho a sus amigos españoles de igual modo que aprendiera de Isabel, su entrañable abuela mallorquina.
Cati Cobas

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena tu crónica de cumpleaños, Cati, felicidades y un abrazo de
lola Bertrand

CATI COBAS dijo...

Muchas gracias, Lola...Un abrazo
Cati

Anónimo dijo...

CUAL ES EL EXTRAÑO PENSAMIENTO ARGENTINO (DESCONOZCO SI EN OTROS LADOS PASA), POR EL CUAL LO QUE DICEN ALGUNOS (LEASE LANATA, CARRIO, Y, AHORA PIGÑA)ES PALABRA SANTA Y LO QUE DICEN (DECIMOS) OTROS SEGURO ES MENTIRA?
CATI, SABES QUE TE QUIERO MUCHISIMO, PERO CREO QUE TE FALTA AVIVARTE.
MUCHISIMOS BESOS
ELVIO

CATI COBAS dijo...

Mi estimado primo: La verdad me honra que me leas. Y que puedas disentir con lo que digo. Gracias de verdad. Me pone contentísima. En cuanto a los criterios para mirar la historia: sigo tratando de escuchar muchas voces diferentes. Ahora estoy leyendo "Soy Roca" de Félix Luna. Pronto hablaré de los ranqueles, eso seguro. Un cariñoso saludo de Cati