domingo, diciembre 11, 2005

9-Muñeira a la criolla



Ficticia

24 de Septiembre de 2002

Yo ya la conocí matrona. Albo rodete coronaba su cabeza. Así de blancos eran también el cuello y los puños de la blusa, resabios de uniformes que empleara de joven.Gordita, retacona, caderas generosas, y dientes que hacían juego con el cuello y los puños de la blusa, adornaban la sonrisa, apenas empañada por un dejo de tristeza en los ojitos de un azul grisáceo. Tenía voz de morriña, de añoranza de sus rías, de padres enterrados sin la mano en la mano de la hija.
Nombre e historia de gallega de novela de tarde suburbana. Doña Carmen, fue Carmiña de verdad. Allá, cerca del treinta, en Buenos Aires.
La misma, que de vieja mostraba con orgullo la foto de los nietos y del hijo abogado, fue la que tuvo que apoyarse, casi vencida, en un árbol frente a la Sardá, maternidad municipal y para pobres, con el vientre vacío y el niño en brazos. Vieja historia de niños bien y de sirvientas, que todos los pueblos han tenido que contar, alguna vez que otra.Pero Carmen, ya nunca más Carmiña, puso en alto su honra de gallega. Mientras mecía con el pie la cuna, encajes de bolillo, sus finas manos enredaban. Supo bien del trabajo sin desmayo. Del encaje al piletón del conventillo, que hubo que criar al niño en la soledad más absoluta.
Una música en la radio algún sábado a la tarde, o algún baile en el Centro Lucense le devolvían, con los años, los sabores de su tierra.
Nunca más conoció el amor y nunca más regresó a su Galicia. Sólo el orgullo y el trabajo la hicieron vivir día tras día. Y en unos años casita propia, no ya el conventillo, la albergaba.
No se achicó jamás esta gallega y logró el sueño argentino: hablar de su hijo el doctor y de los hijos del hijo en aquel colegio inglés, tan renombrado.
Carmiña ya murió, lo supe el otro día. Me lo contó el nieto más chico, que me llevó hasta el centro. ¿No te dije? Él si que tuvo suerte… consiguió una changa en la remisería de la vuelta, mientras espera la visa para vivir en España.

No hay comentarios.: