martes, diciembre 13, 2005

29-El sol del veinticinco


Ficticia- Desayuno Continental, en la voz de Daniel López

http://www.continental.com.ar/desayuno.shtml

25 de Mayo de 2003

“Ya el sol del veinticinco viene asomando... Ya el sol del veinticinco viene asomando... Y su luz en el Plata va reflejando...”
Fue lo mismo de siempre y fue distinto éste, el último 25 de mayo de tu infancia. Una sombra oscurece tu labio superior y se adivina en tu expresión que estás dejando atrás al niño.Nos levantamos temprano el día de la fiesta en tu escuela. Celebraríamos el aniversario de la creación del Primer Gobierno Patrio: el 25 de mayo de 1810.¡Mi morocho argentino! ¡Estabas más lindo que nunca con tus enormes ojazos negros y el guardapolvo blanco con la escarapela grandota! Ibas a ser el locutor en el acto escolar, el bastonero que daría pie a sus compañeros para conmemorar ese día tan especial. Como mamá orgullosa, quizás hasta me atrevería a decir que un poco gagá, no podía perderme ese momento y ahí fui celeste y blanco en la solapa del sacón que me abrigaba, del frío casi invernal que invade Buenos Aires por estos días.“¡Viva la Patria! se oye el clamoreo... ¡Viva la Patria! se oye el clamoreo... Y nos entra en la sangre cierto hormigueo...”
Hacía muchos años que no decíamos con tantas ganas: ¡Viva la Patria!No es que nada fuera muy diferente, pero se palpó un orgullo en nosotros al cantar el Himno muy distinto con respecto a los últimos años en que se nos anudaba la garganta cuando debíamos pedir que fueran eternos los laureles o jurar que queríamos morir con gloria.Las caras de gente empobrecida eran las mismas, pero era otra la dignidad y la esperanza. Estábamos por comenzar una etapa nueva y nos unía el amor por nuestros hijos. Volvió a hablarse de la Patria, aunque pareciera que en esta ¿civilización? globalizada sólo puedan ser Patria los países ricos.“y nos entra en la sangre cierto hormigueo... Al pueblo, al gauchaje hace el entusiasmo temblar de coraje.”
Fue tanto tiempo de divisiones, de desocupación y desesperanza, de nietos de inmigrantes que volvían a Europa por pan, como habían venido aquí sus abuelos hace tiempo.Fue tanto tiempo de no encontrarnos en canto y tradiciones, de avergonzarnos de lo verdaderamente nuestro, de mirar sólo hacia afuera, que verlos a todos los chicos como cuando yo era niña, orgullosos de honrar a la Bandera me entibió por completo el corazón.Lo mismo que ver a tus maestros abrir los brazos y el saber para todos ustedes sin importar si venían de Perú, Uruguay o de Bolivia, que aún en la pobreza es ésta una tierra generosa que sigue sin detener a la gente que viene a cobijarse.Lloré mucho, y no me da vergüenza. Lloré escuchando a tu compañera ciega que sólo la escuela pública tan criticada, alberga. Ella cantaba que hay una luz en la oscuridad y así lo sentimos los que vivimos por un ratito la esperanza renovada en las caritas rubias y cobrizas que se mezclaban en el patio.“Al blanco y al celeste de tu bandera... contemplo victorioso la cordillera... contemplo victorioso la cordillera... ... Para traerte laureles pasaron los Andes San Martín, Las Heras, Soler y otros grandes... Y ya paisanos... ¡fueron libres los pueblos americanos!”
¿Viste Fer? Tu madre añosa conserva utopías…Aunque tal vez, esa lucecita de la que hablaba Carla en su canción y que Ale y las chicas simbolizaron con las velas encendidas pueda empezar a alumbrar a esta empobrecida América del Sur como nunca antes. Tal vez, como en el acto del que fuiste bastonero, el sol del veinticinco, venga alumbrando.¡Que así sea!


Ilustración: www.capraro.com.ar

No hay comentarios.: