lunes, octubre 13, 2008

188-Como en un cuento…(Notre Dame de París)


Dedicada a mi querida lectora Susana B., con toda mi gratitud...


"Y la catedral no era sólo su compañera, era el universo; mejor dicho, era la Naturaleza en sí misma. Él nunca soñó que había otros setos que las vidrieras en continua floración; otra sombra que la del follaje de piedra siempre en ciernes, lleno de pájaros en los matorrales de los capiteles sajones; otras montañas que las colosales torres de la iglesia; u otros océanos que París rugiendo bajo sus pies."

Víctor Hugo, Notre-Dame de Paris, 1831.

Sí. Como en un cuento. El túnel nos tragó a los pies de la Torre Eiffel y aparecimos frente a la Catedral de Notre Dame que surgió de pronto, apenas subimos las escaleras de la estación en la Îlle de la Cité.

Majestuosa. Una dama que sabe de su estirpe y de su alcurnia. Cada piedra de la fachada contaba sus historias y hasta nos pareció descubrir alguna mueca de empatía en las gárgolas que nos miraban, mientras cuchicheaban con los personajes de la galería de los veintiocho reyes de Judea, repuestos en su sitio por Viollet le Duc, responsable de la más importante restauración de este y tantos otros edificios de gótico francés, aquel arquitecto a quien tanto admiráramos en sus detalladísimos dibujos en el Diccionario Razonado de la Arquitectura Francesa en la biblioteca de la Universidad.

“¡Estos argentinos! ¡Si no cierran rápidamente sus bocas, recibirán en ellas algún visitante volador inesperado!”, decía la gárgola, mientras nos señalaba con sus ojos amenazadores.

El Rey David, comprensivo, le trataba de explicar que lo que nos ocurría tenía un carácter tan mágico como las historias medievales que podían imaginarse a cada paso al recorrer el templo. Porque… ¿qué otra cosa que la magia podía ser responsable de que nos sintiéramos de pronto transportados del plano libraco en blanco y negro trasegado en veranos interminables, a esa maravilla, obra del genio humano en busca del espíritu divino, en tiempos tan remotos como el siglo XII?

¡Sí! Como en un cuento, comenzamos a caminar por la Catedral que tantas veces habíamos recorrido con la imaginación.

-¡Mirá las bóvedas, Jorge!
-¿Y el transepto?
-¡Qué belleza la del coro y su sillería!
-¿Te imaginabas vos las proporciones?

El libro se había vuelto tridimensional y estábamos inmersos en él.

Como en un cuento, nos pareció volar cerca de los rosetones que resplandecían en luz de azules, rojos y amarillos, colmándonos de emoción y de alegría.

Nos abrazamos fuerte, fuerte. Y lloramos. Y dimos gracias. Por fin estábamos ahí, en esa iglesia que resumía nuestras ansias de aprender, nuestra voluntad de perseverar en pos de un objetivo, nuestro amor por el ingenio del hombre puesto al servicio de la creación de los espacios. ¡Estábamos en Notre Dame, y juntos!

Nos acercamos, despacito, al altar de la Virgen y dijimos gracias una vez más, pero en silencio.

Como en un cuento. Con final feliz.

Cati Cobas

4 comentarios:

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Notre Dame es la catedral por excelencia, no sé si las habrá más hermosas, pero ella tiene ese halo que la hace disferente única; además al verla con sol las vidrieras son...
Para mi será siempre expecial porque cuando vi la cara de mi hijo Javier que sólo quería ver de Paris Notre dame porque en la peícula del jorobado de Paris , las gárgolas hablaban. Cuando las vio y subió arriba, dijo "Mamí, son más mágicas que en la peli"

Anónimo dijo...

de Miriam Chepsy

Hola Cati, me hiciste reverberar con tu emoción en Notre Dame. La catedral allá en la isla se va agrandando cuando nos acercamos por detrás desde el Sena o irrumpe cuando venimos caminando desde la ciudad. No se sabe si son las proporciones, o la luz, o la piedra, o los vitrales, o la enérgía de los que la concibieron y la construyeron que quedó grabada en sus piedras, pero todo eso penetra en nosotros, es una pasión hecha arquitectura.
Me encantaron todas las crónicas y, especialmente, la de baleares, que encierra,también, una gran pasión. Cuando hablás de tu abuela, cuando hablás de la isla, te sale del pozo de la nostalgia mallorquina que te transmitieron
Beso
Miri.

Catalina Zentner Levin dijo...

Cati, tu capacidad descriptiva es admirable... me detuve también en tus pinturas, ¡muchacha,cuánto arte y delicadeza en ellas!

Abrazos,

CATI COBAS dijo...

Muchas gracias a mis encantadoras y consecuentes lectoras. es un placer saber que me leen y que les gusta mi trabajo. Gracias otra vez. Cati