martes, junio 24, 2008

173-La sonrisa de "Carlitos" (Homenaje a Gardel en el aniversario de su muerte)

" En tu esquina rea, cualquier cacatúa
sueña con la pinta de Carlos Gardel."

Corrientes y Esmeralda, Tango de Celedonio Flores y Pracánico

El Zorzal Criollo, El Morocho del Abasto, EL Mudo, El Mago, el Rey del Tango. Puede gustarnos o no su forma de cantar pero no habrá un argentino que no se enorgullezca de tener entre nuestros máximos intérpretes de la canción ciudadana a Gardel, a Carlos Gardel, que en un día como hoy, hace setenta y tres años muriera en Medellín.

Todos hemos conocido las épocas en que nos pareció cursi o pasado de moda y en que su estilo nos resultó un tanto antiguo. Pero actualmente para mí, Gardel es como el mate: hay que estar maduro para comprender su esencia, para disfrutar de su manera de “decir” las canciones y los versos, de sus dientes parejitos y alineados que relucen aún en cada pedacito de celuloide que lo inmortaliza.

Mucho se ha dicho sobre su origen y su nacimiento: los naipes de su estirpe se reparten entre Francia, Uruguay y la Argentina. Nadie puede decirse dueño de la verdad más absoluta, pero moriré diciendo que Gardel es argentino precisamente por eso: porque serlo es ser de muchas partes, no de una. Venidos de los barcos o del campo, da lo mismo. Ese eterno misterio de raíces lo llevamos casi todos y eso nos hace más argentos cada día.

La verdad es que no importa dónde haya llorado su primera lágrima. Lo que importa y para siempre es su sonrisa. Su eterna y universal sonrisa de costado, que casi podría recortarse de su rostro, transformándose en la síntesis más apretada de su identidad criolla y “entradora”.Porque díganme los porteños si no es cierto que Carlitos nos sonríe desde las disquerías, en las tapas de cds que se venden como el agua a los turistas ávidos de su varonil imagen, en los filetes de los camiones, al lado del cartelito que dice “nadie cantó como él”, en las mesas de artesanías de San Telmo y en los almanaques de las gomerías, en reemplazo de más de una buena cola siliconada. Si hasta lo tenemos de galera y bastón, hecho un “langa”, en el logotipo de Los Inmortales, una de las más célebres pizzerías de esta ciudad que lo recuerda a cada paso.

Porque Gardel no ha muerto, transita día a día nuestras calles y se hace canción, refrán y estampa cada vez que un pibe allá en Europa o en alguna provincia de las nuestras piensa en “Volver” a “su Buenos Aires querido” o adivina “el parpadeo de las luces, que a lo lejos, van marcando su retorno”, cada vez que algún morocho “atorrante” hace alarde de sonrisa para deslumbrar a alguna rubia que no necesariamente tiene que ser de Nueva York ni llamarse Betty, Peggy, Mary o Julie.

¿Estereotipo? ¿Paradigma? ¿Mito? ¿Ilusión? Todo eso junto. Estoy plenamente convencida de lo que digo. Y para reafirmarlo: sepan, amigos, que Buenos Aires tiene más estatuas de Gardel que de ningún prócer patriótico. Lo encontramos en Chacarita, el cementerio, donde jamás le faltan las flores del respeto y cariño de su gente, en el Abasto, que lo vio caminar tantas veces allá por la calle Jean Jeaurés y en mi barrio. ¡Sí señores! En Parque Chacabuco. Justo en Curapaligüe y Eva Perón tenemos un “Carlitos” de cemento patinado bronce viejo, en un homenaje insólito al sur de la Reina del Plata. Y debe haber más, sin duda alguna, pero la estatua más importante es la del recuerdo que, pese a los años, nos hace repetir la frase hecha, como si fuera una recién inaugurada: “Cada día canta mejor”.



Cati Cobas



Algunas de las canciones que interpretó
• Brisas de la tarde (1912)
• Pobre mi madre querida (1912)
• Mi noche triste (1917)
• Flor de fango (1917)
• Desdén (1933)
• Tomo y obligo (1931)
• Lejana tierra mía (1935)
• Silencio (1933)
• Amores de estudiante (1934)
• Golondrinas (1934)
• Melodía de arrabal (1933)
• Guitarra guitarra mía (1935)
• Cuesta abajo (1934)
• Mi Buenos Aires querido (1934)
• Soledad (1934)
• Volver (1935)
• Por una cabeza (1935)
• Sus ojos se cerraron (1935)
• Volvió una noche (1935)
• El día que me quieras (1935)

3 comentarios:

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Me encantó tu homanaje, niña; sabes que soy una forofa del tango.
Besines, me voy a ver la revista de la Cata

Azpeitia poeta y escritor dijo...

En españa, es un MITO, sus canciones se oyen con reverencia y placer, nunca envejece...gracias por ponerlo arriba...un abrazo de azpeitia

Lola Bertrand dijo...

Carlos Gardel es una maravilla, Cati, pase el tiempo que pase.
abrazos de mar
Lola

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