sábado, junio 28, 2008

LA MIRADA INSOMNE de la escritora Dinah Kortright Roig-Presentación en Buenos Aires

Ayer a la tarde, en la Biblioteca Arq. Federico Ortiz, en la Manzana de las Luces http://bibliocicop.blogspot.com/, tuvo lugar la presentación del libro "La Mirada Insomne" de la autora portorriqueña Dinah Kortright Roig que es catedrática de Español en la Facultad de Estudios Humanísticos de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, Recinto Metro. Invitada por el organizador de la presentación y presidente del CICOP http://cicop.blogspot.com/2008_07_01_archive.html, Arq. Jorge Bozzano, tuve el gusto de conocer a la autora y de comentar el libro en una mesa redonda. Fue para mí un verdadero honor y para compartirlo con ustedes, dejo a continuación una síntesis de lo expresado. No conocía a Dinah, pero ahora el honor lo siento doble porque, además de escribir muy bien, es un encanto de persona.


Un libro nuevo entre manos implica siempre una aventura, un desafío. Esta edición nos llega vestida de verde, con una más que cuidada impresión en un papel de pátina ambarina, permitiéndonos intuir, desde la portada, un inquietante mundo, que surge de un ojo convertido en ventana de luz. Porque eso: una ventana de luz y no otra cosa, es para mí la mirada de Dinah Kortright Roig, en esta selección de cuentos y micro-relatos.

Aunque el título refiere a uno de sus cuentos y a las sombras propias del insomnio, como lectora estaría muy lejos de calificar de ese modo la visión de nuestra autora.
Al leer sus cuentos aparecen sus personajes, en mayoría femeninos, y la luz enfoca a Dinah a través de ellos, y nos hace adivinarla sensible, vital y humana, conocedora profunda del oficio de escribir y dueña de un claro pero esmerado lenguaje para hablarnos del amor (Navegantes, De poetas y de locos), de la vejez (Un día cualquiera), o de la muerte (Nada queda). Dije “para hablarnos del amor”, pero debo agregar que Dinah es también muy elocuente para contarnos, desde un humor muy sutil, acerca de las instituciones y su maltrato (La flaca y La verdadera y triste historia del enano rey). En este último, quiero rescatar, como muestra de lo que digo, el final, que remite al de los cuentos clásicos (“…Y colorín colorado, este cuento no ha terminado”).

En cuanto a las “Instantáneas” -muy bien designadas por lo que tienen de inmediatez-, la número I -entiendo que referida a un predicador-resulta muy original en planteo y en el poner en valor la seducción de la palabra y el gesto. En las otras, presiento que varios de los temas pueden relacionarse con los cuentos de la primera parte. Cuando esto ocurre remeda la relación que existe entre la colonia y el extracto de un buen perfume, ya que las instantáneas adquieren, a veces, ribetes claramente poéticos y son una síntesis exquisita de las ideas desarrolladas en los cuentos. Veamos, por ejemplo, los micros III y IV, pero sobre todo el VI donde se vuelve a los temas de “La flaca” y “El enano”, o percibamos, por ejemplo, la vinculación entre el VII, con la mujer atrapada en el laberinto, y “Se busca a Freud”. Aunque la idea se hace más evidente cuando llegamos a mis favoritos que son “Nada queda” y la instantánea IX.

Es en estos textos, según mi impresión personal, por supuesto, en los que la relación autor-lector cobra una intensidad muy particular. En el cuento, de una profunda y encantadora humanidad, asistimos a la escena de la muerte de la compañera con la lluvia como fondo, casi como la música de una película. Y todo el mensaje se sintetiza en la frase: “Con ternura, acarició el “pelito” gris con su mano grande, vieja, solitaria…” y en la decisión de dormir por última vez abrazado al cuerpo tibio todavía. Mientras que en el micro-relato IX, extracto -no sabemos si en forma intencionada o no- del cuento, la poesía queda expresada en el alma como “telaraña deshabitada”, adherida a las paredes del pecho del protagonista, vacío de llorar la muerte de la esposa. De ese protagonista, que trata de detener los ritmos de su propio cuerpo deseando morir con su mujer, para comprender al fin, que ella ya ha salido de la “ventana de la vida” para siempre. Admitamos, luego de este análisis, que, tanto el cuento, como la instantánea, son elocuentes para hablar del amor y de la muerte, con una enorme cuota de ternura.

Hagamos votos porque Dinah continúe iluminando a sus lectores con la luz que surge de la ventana de su mirada que está, por cierto, colmada de sus mejores sueños, los que muchas veces son semejantes a los de quienes hemos tenido la alegría de leerlos.

Cati Cobas

4 comentarios:

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

hagamos votos...

Lola Bertrand dijo...

Ya veo que no paras ...
Abrazos de mar, Cati.
Lola

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