domingo, febrero 08, 2009

214-El tango y los catalanes… ¿o los catalanes, el tango y algo más?

Agradezco al Señor Ernesto Mario Lach (Mario Valdéz), autor de un estudio sobre los catalanes en la página http://www.aportes.catalunyatango.com, quien me permitió emplear su trabajo para desarrollar esta crónica, dedicada a todos los familiares y amigos que allende el Atlántico me alegran la vida.

Después de transitar por el Camino de la Luna Nueva y de vestirme de blanco en Año Nuevo para sufrir múltiples avatares domésticos y recibir protección del Gauchito Gil y de San Joaquín y Santa Ana, sintiendo la necesidad de retomar las letras, comencé a devanarme los sesos en busca de un tema para esta nueva etapa “croniquera”, hasta que…¡eureka!

¿Qué mejor -me dije- que comenzar por charlar de algo que represente a esta Buenos Aires que tanto amo y a aquella lengua de mis raíces, al catalán que heredara de los abuelos?

Por eso, los catalanes y por eso, también: el tango.

Ya se sabe que cuando un catalán decide comprometerse con algo, o lo hace bien o no lo hace. Quizás por eso, desde la cuna misma de la argentinidad hubo por aquí, sépanlo, catalanes dedicados a declararse más libres de España y más patriotas que muchos criollos. Tan así es que uno de ellos se convirtió en el autor de la música del Himno Nacional Argentino y fueron muy numerosos los que, casi un siglo después, se consideraron más tangueros que Gardel o que Pichuco.

Y cuando digo cuna y libertad, sé de qué estoy hablando. Porque en el mismo momento en que la patria nacía, en aquel 25 de mayo de 1810, Domingo Matheu y Juan Larrea, dos paisanos, comerciantes, oriundos de Mataró, Barcelona, ocuparon sendos cargos de vocal en la Primera Junta de Gobierno y en pocos años, para poner música al espíritu de liberación, Blas Parera, completó el trío ocupándose de musicalizar la Canción Patriótica cuya letra pertenece a Vicente López y Planes, la que luego se convirtiera en nuestro Himno Nacional.

No me van a decir, amigos, que si citáramos apellidos como Coll, Fuster, Pahissa, Pastor, Pibernat o Jovés Torrat no nos imaginaríamos jamás personajes de funyi y chambergo requintado, más bien los veríamos tocados por alguna birretina a la usanza de la Ciudad Condal, pero ¡sí! Se trata de apellidos absolutamente vinculados con la música porteña, con el compás del dos por cuatro. Y no digamos nada si nombramos a Ferrer, Planas o Vidal. Sepamos, por ejemplo, que mi ciudad, hasta tuvo la gloria de que un balear, más precisamente un menorquín, como Lorenzo Torres Nin (con el seudónimo de Demón), le compusiera tangos, como para que no nos quedaran dudas de los lazos que unen a puro corte y quebrada Las Dos Orillas.

¿Quién imaginaría que el autor de la música de “Patotero sentimental” y de “Nubes de humo”(aquel tango que dice: “Fume, compadre, fume y charlemos…”) es nada más y nada menos que un nativo de Manresa, Barcelona, el músico que fuera elegido por el Zorzal Criollo (Gardel) para grabarle nada más y nada menos que ¡siete! tangos? Me refiero a Manuel Jovés y Torrat quien también musicalizara éxitos como “Loca”, “Corazón de arrabal” y “Pobre Milonga” pero, y sobre todo, nos legara, junto al cineasta argentino, Manuel Romero, el inolvidable tango que dice “Buenos Aires, la Reina del Plata…Buenos Aires mi tierra querida…”. Sólo por él, la marca catalana en el tango ya constituye un sello de nobleza.

Pero los tangos de Jovés no fueron los únicos emblemáticos, entre los compuestos por Fuster está “La maroma”, que hace referencia a la forma de dormir pendiendo de una soga pasada por debajo de los brazos que tenían algunos inmigrantes cuando no podían ni siquiera pagar una cama limpia y no querían que las ratas los comieran durante el sueño. ¡Menudo tema el de Don José Dionisio! ¿Cierto?

Hay en esta tierra, también, catalanes por raíces, entre los que se encuentran el cantor Jorge Vidal y los compositores Horacio Ferrer y Carlos Pibernat. Este último, educado musicalmente en Barcelona, fue director de las orquestas estables de Radio Splendid y Belgrano en su época de gloria y autor de “Linda Criollita” y “Papirusa”, entre otros.

En cuanto a Horacio Ferrer es un precoz poeta “rioplatense”. Bueno, a decir verdad, uruguayo, pero en las dos orillas del Río de la Plata hablamos de “rioplatense” cuando en Argentina nos enorgullecemos de un uruguayo, o de un argentino, cuando ha descollado en Uruguay y lo consideran oriental. Autor de “La última grela”, “Chiquilín de Bachín” y de la eterna “Balada Para un Loco”, junto a Astor Piazolla, tiene ganado un sitio fundamental en lo que al tango se refiere y también a la catalanidad, porque su apellido es, indudablemente, de ese origen.

Si bien es cierto que debido al hecho de que mi tierra es tierra de inmigrantes, podemos encontrar apellidos de todos los orígenes vinculados con el tango, me enorgullezco, amigos, de haber investigado sobre los catalanes y nuestra música. Me produce alegría saber que venidos de tan lejos, de otras costumbres y otra voz, hubo catalanes que se volvieron tan argentos como para cantarle a la papirusa, la grela o la maroma y darle a mi Patria su Himno Nacional y a mi ciudad, un tango que para nosotros, los porteños, constituye un himno:

“Buenos Aires, la Reina del Plata;
Buenos Aires, mi tierra querida,
escuchá mi canción
que con ella va mi vida
.…………………………………
Buenos Aires, cual a una querida,
si estás lejos mejor hay que amarte.
Y decir toda la vida:
antes morir que olvidarte…”

(Romero y Jovés)

Cati Cobas

5 comentarios:

Anónimo dijo...

ale!, siempre contando cosas interesantes!.

un beso,

m. dolors

CATI COBAS dijo...

Muchas gracias, M. Dolors por leerme y hacérmelo saber. Un honor para mí. Cati

Anónimo dijo...

ME ENCANTÓ, DE VERAS, MUCHO.
BICOS
MIRI

CATI COBAS dijo...

Muchas gracias, Miriam...Un abrazo de Cati

RosaMaría dijo...

Interesante Caty, todos tangos que me encantan y que no sabía de la nacionalidad de sus compositores. Una sola referencia. En el Himno Nacional Argentino, figura la firma de Blas Perera, (así como lo leés), como su verdadero apellido. Pocos lo saben, aún algunas de las profesoras de música no le dan importancia al datos, del que se tendría que tomar nota.
Excelente tu post. Un beso