sábado, julio 26, 2008

Presentación del libro "Los caminos de la mirada" de Manuel Torrez Márquez

Nuevamente la Biblioteca Arquitecto Federico Ortiz de la Manzana de las Luces http://bibliocicop.blogspot.com/ ha dado lugar a la presentación de un libro. En esta oportunidad se trató del libro de poemas de Manuel Torres Márquez, que lleva por título "Los caminos de la mirada". Y, nuevamente, tuve el honor de participar de este acontecimiento invitada por el organizador de la presentación y presidente del CICOP http://cicop.blogspot.com/2008_07_01_archive.html, Arq. Jorge Bozzano. El Doctor Torres Márquez es Sociólogo urbano y pedagogo social. Catedrático itinerante para Hispanoamérica de la UNESCO y de la Universidad Ineramericana, Recinto Metro. "Es un trotamundos incansable cuyo trabajo en las áreas de habitabilidad de las ciudades, calidad de vida y derechos humanos lo ha llevado por la geografía de los pueblos " y de ellos ha sabido rescatar su esencia en poesía. A continuación, mi comentario sobre el libro.

Los caminos de la mirada
(Mi visión sobre los poemas “reflexivos” de Manuel Torres Márquez)

Conocí a Manuel Torres Márquez en una cena en la casa de mis amigos Jorge Bozzano y Nanni Arias Incollá. En un momento de la misma, se me ocurrió preguntarle, como buena “cholula argentina”, qué opinaba de nuestra ciudad. La respuesta, en la que me develó Buenos Aires como un cronista urbano generoso y optimista, me dejó con ganas de saber más de ese señor tan interesante que venía de Puerto Rico. Como muchas veces en la vida, desde entonces se ha ido concretando mi deseo. Primero, a través de la presentación del libro “La mirada insomne” de Dinah Kortright, su mujer (nada mejor para conocer a un hombre que saber con quién comparte la vida) y luego, continuando con el tema iniciado en Dinah: con sus miradas a partir de la lectura de su libro de poemas “Los caminos de la mirada”, al que me he permitido la osadía de calificar como “de poemas reflexivos”.

Nuevamente comenzaré por la tapa del libro: ¡Qué hallazgo ese “mirar” al ras del piso, entre la hierba, para ver, a lo lejos, el cielo! Es, sin duda, una forma de decirnos que su autor puede situarse en ambos sitios y rescatar de todos, lo importante.

Ahora, continuemos por el título: en Manuel, la mirada no es “insomne”, es “caminante”. La de un viajero que comienza por mirar “se” hoy, en “Yo=” y decirnos que camina buceando en busca del Manuel más auténtico, de alguien que se atreve a ver su muerte en “Mi duelo” y a pedir que no falte un chiste bueno en esa despedida, la de quien se enamora de los sitios donde su vida traza caminos, regalándonos, en poesía, lugares tan distintos como La Habana, Corrientes, Buenos Aires, San Juan de Puerto Rico o la legendaria Ibiza. Cada lugar transitado toma para el lector imágenes poéticas originales y, sobre todo, que piensan y hacen pensar. Aunque no están exentas de pasión y sentimiento, de emoción. Como en Corrientes (“¡Virgencita de Iratí, cierra el grifo de los cielos!”) además, de poesía. Como en “La quema” (“Si la noche no escondiera…”) Pág 57.

A veces, el autor emplea los versos para preguntarse y preguntarnos “¿Por qué?” (Pág 58) mientras que en otros momentos, y de modo muy sutil, hace su crítica “Temo que al privatizar la vida vendamos los cuerpos y los sentidos “Hoy” (Pág.59). Y así, podríamos seguir escudriñando en Manuel y en sus poemas ad-infinitum.

Como conclusión de mi peregrinar por “Los caminos de la mirada”, de Manuel Torres Márquez, quiero expresar que en él nos encontramos con un poeta despojado, con encomiable poder de síntesis, dueño de una interesante capacidad de reflexión pero poseedor, también, de una fina sensibilidad, expresada en cada imagen, que nos regala en su poesía y en las diferentes y riquísimas maneras de mirar que nos propone.

Cati Cobas

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