domingo, junio 10, 2007

131- "Los Santos" vienen marchando -Dedicada a San Lorenzo de Almagro...

Leída, el lunes 11/06/07, en el programa "LA MAÑANA", de Radio Continental AM 570 de la Ciudad de Buenos Aires www.continental.com.ar con la conducción del prestigioso periodista rioplatense Víctor Hugo Morales y merced a la generosa intervención de mi querido Daniel López.
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...y a mi marido, Jorge
"Es una inyección que Dios le dio a todos los varones,

no lo juegan veintidós sino más de cien millones.

Aquí lo trajo un inglés de graciosos pantalones,

no se juega con los pies, se juega con los corazones.

Dame fútbol, quiero fútbol, pasión que nunca se agota.

Dame fútbol, quiero fútbol, que arregla las almas rotas.

Dame fútbol, quiero fútbol, que en los otros juegos del mundo jamás te pasan una pelota."

Dame fútbol - Letra y Música Ignacio Copani


Pocos clubes de fútbol tienen tantos apelativos como el mío. Cuando se nombra en Argentina a San Lorenzo de Almagro (el club que por tener los colores de Barza es uno de los favoritos de los españoles aquí radicados), se puede decir: “Los Santos”, “Los Cuervos”, “Los Matadores”, “Los Camboyanos”, “Los Azulgrana” y “Los Gauchos de Boedo” o “El Ciclón”, y siempre se sabrá que se habla de la institución cuyas estadios son “Gasómetros” en vez de “Bomboneras”.

No creo que el sacerdote salesiano Lorenzo Massa imaginara la trascendencia que iba a tener el hecho de que, con la intención de sacar de la calle y atraer hacia las obras del Señor a un grupo de jóvenes que se reunían en la esquina de México y Treinta y Tres Orientales (muy cerca del Oratorio San Antonio) para jugar al fútbol con el nombre de “Los Forzosos de Almagro”, les ofreciera jugar en un terreno dentro del predio del Oratorio siempre y cuando “Los Forzosos” -que más debían llamarse “Los Forzados”- ¡fueran a misa los domingos!

Pero volvamos un poquito a los nombres y sus curiosidades. Somos “santos y cuervos” como referencia inequívoca al carácter clerical de nuestros orígenes, “azulgranas” por la camiseta, “camboyanos” porque en una época de mishiadura, en que no nos quedaba ni cancha ni agua caliente en las duchas precarias de que disponían los jugadores, igual se lograba rendimiento futbolístico y “gauchos” por algunos equipos cuyos integrantes eran hombres del interior más que porteños. Nuestros estadios son “gasómetros” porque el estadio original, de hierro y madera, ubicado en Avenida la Plata e Ínclan, conocido cono “El viejo gasómetro” tenía la forma de tal, habiéndose trasladado el apelativo al “Nuevo” ubicado en el Bajo Flores.

Todavía recuerdo el eco de los goles que se escuchaban en mi casa y en los barrios de Boedo, Caballito y Parque Chacabuco cuando “Los Matadores” hacían su faena, así como la alegría que tuve el día en que conocí a mi esposo, y me contó que él y toda su familia eran fanáticos de San Lorenzo: esa coincidencia fue un buen augurio para estos treinta años conyugales, no lo duden.

Ha corrido mucha agua desde el Cura Lorenzo, inmortalizado por Ángel Magaña en el cine, y desde 1908 hemos conocido la gloria y el descenso, los mejores bailes de Carnaval y el dolor de que nuestro antiguo estadio se convirtiera en supermercado francés pero, como diría María Elena Walsh, “tantas veces nos mataron pero estamos aquí: resucitando”, y compartiendo con ustedes la sensación de que hoy, o a lo sumo el próximo domingo, volveremos a ser campeones luego de un torneo en el que, justo es reconocerlo, creo que la suerte esta vez nos acompañó bastante.
Pero el título es el título, y desde ya les cuento que me compré un hermoso tricornio azul y rojo y unas cuantas matracas para celebrar el éxito.

Aunque si así no fuera, si alguna circunstancia aciaga nos quitara la alegría, nos quedará siempre la de pertenecer a uno de los equipos fundamentales de la historia del fútbol argentino y sello de estas barriadas nacidas al compás del trabajo y la inmigración. Y ese orgullo nadie podrá quitarlo.

Cati Cobas

3 comentarios:

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Mira que yo lo de la pelota como queni me vani me viene, pero he de reconocer que es el deporte que más une a la gente y el más disfrutado.
Una delicia el artículo y la presentación.
Un besito
Ángeles

Diego Agustin dijo...

Navegando, teniendo la curiosidad de conocer el viejo gasometro con alguna "buena imagen", caí en tu blog, donde me atrapó tu relato del estadio y el gran barrio de Boedo, bueno solamente te queria decir que me encanto haberte leido. Te mando un abrazo

CATI COBAS dijo...

Muchísimas gracias, Diego, por tu lectura y por tu gentil comentario. Un saludo afectuoso de Cati